En los momentos de graves turbulencias, cuando la sociedad expuesta a serios peligros se siente sacudida en sus cimientos, la Providencia suscita hombres, instrumentos de su misericordia, sostenes y defensores de su Iglesia y organizadores de la restauración social, tal fue San Juan Bosco. Nacido el 16 de agosto de 1815 en la aldea de Becchi, en Piamonte, Juan Bosco ejerció rápidamente una gran influencia sobre los niños, gracias a sus virtudes a su celo por los jóvenes pobres y sin rumbo. Comenzó su formación en el presbiterio de Castelnuovo y, posteriormente, en el seminario de Chieri. Fue ordenado sacerdote en 1841. Habiéndose establecido en Turín. se consagró a los niños pobres y abandonados de los barrios de la clase trabajadora. A pesar de las fuertes oposiciones y de obstáculos humanamente insuperables, llevó a cabo una obra colosal manifiestamente deseada por la voluntad de Dios. Ayudado por su madre, Margarita Occhiena Bosco, fundó, en un lugar llamado Valdocco, un refugio para albergar a los más necesitados. Al poco tiempo, se inauguraron las clases nocturnas, las capacitaciones, una escuela y oratorios. En 1854, fundó la Congregación de los Salesianos, y en 1872 la de las Hijas de Maria Auxiliadora. En 1876, creó la Unión Piadosa de Cooperadores Salesianos, que le permitió brillar en los paises de misión. Su celo por las almas y la propagación de la fe se extendió al mundo entero. Padre de una multitud y maestro espiritual, dotado de una sabiduria profunda y de una prudencia sobrenatural, resplandecía gracias a su corazón, que el Papa Pio XI describió como "un corazón de oro verdaderamente maternal, y que era todo ternura para con los más PobIes pobres y y los los mas más pequenos entre los pobres," A ejemplo de San Francisco de Sales, de quien tomó el nombre para su congregación, predicaba continuamente la alegria, la amabilidad, la dulzura y la humildad, siendo, al mismo tiempo, intrépido en sus métodos educativos. Habiendo superado infinidad de obstáculos y dificultades, este infatigable apóstol y celoso defensor del Pontífice romano, murió el 31 de enero de 1888, a la edad de 72 años,