| 1 cuota de $6.000 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $6.000 |
| 2 cuotas de $3.764,70 | Total $7.529,40 | |
| 3 cuotas de $2.647 | Total $7.941 | |
| 6 cuotas de $1.589,20 | Total $9.535,20 | |
| 9 cuotas de $1.228,60 | Total $11.057,40 | |
| 12 cuotas de $1.067,50 | Total $12.810 | |
| 24 cuotas de $886,55 | Total $21.277,20 |
| 3 cuotas de $2.805,80 | Total $8.417,40 | |
| 6 cuotas de $1.756 | Total $10.536 |
| 3 cuotas de $2.940 | Total $8.820 | |
| 6 cuotas de $1.892 | Total $11.352 |
| 18 cuotas de $935,93 | Total $16.846,80 |
Santa Mónica fue una mujer común y corriente de su tiempo, apenas si tuvo algunas raras experiencias de visiones que le permitieron seguir andando con esperanza por este suelo; Las noticias que tenemos sobre ella nos las dejó nada más y nada menos que su hijo Agustín. El la presenta como una persona que fue haciendo camino al andar tras los pasos de Jesucristo y que se fue desarrollando como mujer dentro de la cultura en que le tocó vivir: niña traviesa que llegó a aficionarse al vino. Al llegar a la edad permitida por la ley romana, apenas púber fue entregada a un hombre algo mayor que ella y que, aunque jamás la golpeó, tenía un temperamento violento y varias mañas. Madre carnal y, sobre todo, moral y espiritual de al menos tres hijos que le dieron motivos para no dormir de un tirón varias noches de su vida. Amiga, servidora y consejera de sus jóvenes vecinas y de muchos siervos de Dios; en su madurez se mostró fuerte y comprometida en la vida social y política de su tiempo y como una matrona a veces un poco resistente a adaptarse a las costumbres de otras comunidades cristianas en las que le tocó vivir. Fue madre solicita y abuela llorada; tal vez mejor nuera que suegra... ¡Cuántas dificultades existen también hoy en las relaciones familiares y cuántos padres están angustiados porque sus hijos se encaminan por senderos equivocados! Mónica, mujer sabia y firme en la fe, los invita a no desalentarse sino a perseverar en la misión de esposos y padres, manteniendo firme la confianza en Dios y aferrándose con perseverancia a la oración.
