Hace 850 años la medicina vivió un momento totalmente revolucionario, y de una manera totalmente innovadora por una persona con una formación muy básica. Santa Hildegarda, desde luego, fue una mujer totalmente entregada al estudio de muchas dolencias del cuerpo humano en un momento difícil para el estudio del mismo. Remedios provenientes de la naturaleza Gracias al uso de las piedras preciosas o semipreciosas Santa Hildegarda de Binguen logró no sólo transmitir una sabiduría que muchos no dudaron que viniera de Dios, si no también aplicar esas piedras mediante su contacto para poder curar muchas enfermedades y dolencias. Pero esta sabiduría no proviene de ningún tipo de conocimiento popular proveniente de tiempos pretéritos medievales o del contacto cultural con otras sociedades como podían ser la judía o la musulmana. Ella tan solo trasmite la "Luz Viva del Espíritu Santo" que recibía. Encontramos más de 20 piedras distintas para poder curar diversas dolencias ojos irritados, epilepsia, dolor de corazón, ictericia, vista cansada así como las precauciones que hay que tener con algunas de ellas. Este libro nos abre a toda una visión totalmente cristiana y centrada en Dios del uso de todas estas piedras. Y sabemos que estos remedios debían tener un origen "divino", ya que describe situaciones físicas que no serían descubiertas por la ciencia hasta ¡700 años después! PÁG - 261